todo pasó en una taza de café

Después de desayunar la muñeca sin cabeza
reposó en la taza de café
el azúcar no disuelto se pego en sus cabellos
quiso llorar pero se desanimo
pensó que seria mejor no pensar y
se entretuvo con el olor de la canela que venia desde fuera
entonces recordó que no debía recordar y se levantó
se sacudió el azúcar de los cabellos
sorbió la última gota de café que le había quedado
en el ombligo
recogió la mesa y recomenzó el día
con un sorbo de café en una taza de recuerdo...

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